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ORIGEN
El origen del dabke (دنكة) (debka/debke/debkeh/dabka), que en árabe significa “zapateo”, se da en el norte del Líbano.
¿EN QUÉ CONSISTE?
En esta región, desde la antigüedad, las casas eran de piedras y barro, con sus techos de postes de madera, paja y barro. Para construirlos se colocaban sobre ellos unos tirantes, semejantes a los postes de teléfono, y luego se les hacia una capa de paja, ramas y barro de 50 centímetros de espesor, que debían quedar bien apisonada y firme. Este trabajo requería de mucha gente y tiempo; es por esto que se hacia en grupos, generalmente de vecinos que se reunían para ayudarse entre si. Como el plegado de la tierra debía ser uniforme en todos los lugares, se alineaban tomados de la mano y daban un paso adelante y un pisotón, luego un paso hacia atrás y un pisotón. Al ser un trabajo tan arduo, con el fin de amenizarlo algunos recitaban una poesía, o mejor dicho la cantaban e iban bailando al ritmo de ella, dando un paso adelante y un pisotón, un paso a la derecha y un pisotón. De a poco estas poesías fueron tomando una forma propia: los ancianos del pueblo recitaban atebas, cantos similares a las payadas folclóricas argentinas que comenzaban en un llamado con la voz “… Ouf, ouf, ouf…”, y hacían alusión a hechos y personajes de la vida cotidiana, como el trabajo, las muchachas o el paisaje, y relataban también experiencias alegóricas como podía ser la guerra. Con el correr del tiempo se agregaron instrumentos de música como el mijwez, que significa flauta, lo que dio el origen al baile y música del dabke.
Con los siglos, esta danza se fue difundiendo y diversificando por diversas regiones del Líbano, Siria, Palestina, en parte a partir del tipo de tierra que utilizaban las construcciones y la fuerza necesaria para apisonarla, lo que originó dabkes más suaves en algunos lugares que en otros. Las diferencias también daban cuenta de las costumbres de la zona, como ser la usanza de bailar en grupos mixtos, o de mujeres y hombres por separado, Es importante también el espacio de relación que ofrecía este momento, en que los vecinos de la comunidad se reunían a trabajar en un ámbito de alguna manera festivo. En particular para los jóvenes, que tenían allí la posibilidad de encontrarse con sus amadas, bailar con ellas y tomarse de las manos.
LEVANTE MEDITERRANEO
La región del Levante o más específicamente el Levante mediterráneo es el término con el que se nombra históricamente a una gran zona de Oriente está limitado por Palestina, Turquía, Israel, Líbano, Siria y Egipto.
EL DABKE COMO DANZA POPULAR Y COMO ESPECTÁCULO COREOGRAFICO
A la hora de enseñar o transmitir el espíritu del dabke, es importante diferenciar lo que es el baile como práctica social o comunitaria, de la interpretación coreográfica que puede montarse en base a esa danza en el marco de un espectáculo teatral o musical. Como todas las danzas tradicionales, el folclore surge como representación o simbolización de las actividades típicas de las comunidades, ejecutadas al compás de la música local, y también como una celebración de la propia cultura. En este sentido, podremos encontrar grandes rondas de dabke en diferentes fiestas, en reuniones sociales, e incluso en jornadas de trabajo. La particularidad en este caso, es que el baile es parte de la velada como un instante de festejo o recreación, en el cual los participantes eligen si sumarse o no, haciéndolo en forma espontánea y sin una secuencia preestablecida de pasos y variaciones. El baile, como dijimos más arriba, es el momento en que los miembros de la comunidad se juntan para compartir un momento al ritmo de la música propia de su tierra, o de la tierra de sus ancestros. La figura más común es la clásica ronda, en algunos casos muy extensa (aún así, siempre es una sola ronda, que no se corta ni se divide), con sus diferentes partes: un ras, punta o cabeza, en el que rotan los asistentes que lo desean marcando saltos o movimientos diferenciados y llamativos; tal vez en algún sector de la ronda un karshe; mientras que el resto de la gente sigue la música con un paso básico. La elección de los pasos queda a criterio de los bailarines, y no necesariamente todos deben realizarlos de igual forma. Algunas veces, una o más personas salen del conjunto a danzar por su cuenta, pero siempre retornan a su lugar. Fuera de ello, no habrá figuras o pasos (individuales o colectivos) más complejas. El montaje de coreografías folclóricas, si bien debe conservar el espíritu de la danza tradicional, incorpora otros elementos escénicos que son necesarios para cumplir con los patrones estéticos, musicales y armónicos de cualquier puesta en escena.
Antes de enumerar estos aspectos, hay que tener en cuenta una variante esencial que se produce entre el dable popular y el dabke coreográfico. El primero es una práctica que se realiza entre los miembros de la comunidad para su propia diversión o entretenimiento. En cambio, las puestas coreográficas están pensadas para un público que no participa de la misma, y al que le queremos transmitir algo, una emoción, una historia, un mensaje. En función de ese mensaje, armaremos todo lo demás.
MÚSICA:
En principio, la elección de la música responde a la idea y el estilo particular que tiene la coreografía. A diferencia de lo que sucede en fiestas y reuniones en las que, por lo general, se opta por canciones o ritmos alegres y en lo posible populares o conocidas, en este caso el carácter del tema que elegimos (alegre, melancólico, rústico, moderno, estilizado, etc.) depende de lo que queremos transmitir.
En segundo lugar, las figuras y los movimientos grupales rompen con el esquema típico de la línea o la ronda. Si bien podemos incluir rondas o líneas en el armado, la composición coreográfica permite romper la estructura más tradicional del dabke y experimentar con formas diferentes, jugando con los estilos, la simetría (o la ausencia de la misma), los pasos grupales o de solistas, y muy especialmente con los ribetes que proponga la música que vayamos a utilizar. En tercer lugar, también los pasos y los movimientos individuales rompen el esquema base del dabke, ya que trascienden los pasos básicos. Aunque podamos usar los pasos básicos en alguna parte de la coreografía, de la misma forma que con la figura de la ronda, lo ideal es prolongarlos y generar movimientos y secuencias más complejos, que se adapten a la música que elegimos y al mensaje que esperamos hacer llegar al público; incorporando distintas partes del cuerpo (a diferencia de la ronda, en la que los participantes están agarrados de la mano), y aprovechando también la destreza y la expresividad de cada bailarín.
Finalmente, para tener una noción más clara de las diferencias entre el dabke popular y el dabke coreográfico, y también de las formas en las que podemos combinar estas variantes, es recomendable observar imágenes y videos de ambas. De esta forma, podremos imbuirnos del espíritu festivo y la fuerza que transmite esta danza en su esencia folclórica y popular, y enriquecerla con los aportes de la composición coreográfica y teatral que toma como eje la mirada y la emotividad del público, que la observa desde afuera.
VESTUARIO
Sheruel: (panatalon) tiene un origen otomano, es un pantalón que tiene muchos pliegues de tela en su parte central, Keffiyeh: Pañuelo que mide 1,2 metros de largo, hay muchas formas de nombrarlo, hatata, zolok, hatha……. suele ser de 3 colores principalmente y sus combinaciones rojo, blanco, negro. El vestuario Dabke Palestino tiene bordados en punto de cruz a mano.
¡Espero que te haya gustado conocer en profundidad esta danza, te comparto a mi grupo bailando Dabke!
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