- 678 25 71 29
- contacto@bailaconmiren.com
Hoy te quiero contar algo sobre mi vida, el articulo del que te voy hablar se iba llamar, “ser mujer, bailarina y pareja de un hombre árabe musulmán”, pero leyendo bien este texto he decidido que no soy, “ser” de nadie, y de que este titulo no representraba mis valores. Mi opinión acerca de este artículo, es que la danza debe ser respetada y dignificada como cualquiera de las profesiones.
Si te soy sincera, durante años no ha sido para nada fácil mi relación con un hombre musulmán que lleva consigo bastantes creencias limitantes respecto a la danza y otros factores de genero. Nunca me ha prohibido bailar, es más, hubo épocas en las que me apoyó en proyectos que yo organizaba, específicamente el Habibi Festival, un evento que se celebraba cada año en mi ciudad con música árabe en vivo, donde fue el, cantante del espectáculo, y donde venían bailarinas de toda España.
Mi pareja es cocinero de profesión y actualmente dirige varios restaurantes de comida Libanesa, también es jugador de petanca semiprofesional y artista de alguna manera con sus manos, desde que lo conocí tengo conciencia de verlo con la guitarra en la mano, el teclado o cantando canciones de su país, Argelia y también de Oriente Medio, también, ha estado vinculado al deporte. Nunca me prohibió bailar, pero he tenido que soportar llamémosle ciertos micro- machismos que nunca me gustaron, no sé si son síntoma de su inseguridad o parte de la cultura donde fue educado, o si realmente, forman parte de las diferencias estructurales que vivimos diariamente las mujeres. Te lo voy a contar en profundidad a continuación.
LOS COMIENZOS
Mi pareja y yo, nos conocimos en mi escuela, él vino a verme bailar en la tetería donde yo actuaba, eso quiere decir que de alguna manera él sabía quién era yo y a que me dedicaba, aunque dentro de su ser existieran ideas adquiridas desde la cultura islámica. Todas sabemos lo duro que es dedicarse a la danza y que los ingresos económicos son de los espectáculos y/o clases que impartes. El tema conflictivo era cuando me tocaba bailar en espacios más pequeños como restaurantes, teterías o salones de boda, a él no le gustaba que yo fuera a este tipo de eventos, posiblemente porque desde pequeño ha escuchado cosas negativas acerca de las bailarinas de danza oriental.
Todos sabemos que dentro del espectáculo a veces toca hacer partícipe al público improvisadamente animando a bailar, o bien sea enseñando al público que te siga un paso. Por ejemplo, en los espectáculos que te contratan los búlgaros o turcos, tienen por costumbre poner un billete dentro del cinturón o del tirante de la bailarina a modo de compensación por lo bien que lo hace, para ello se acercan y te lo colocan. El caso, es que vio alguna foto de alguien poniéndome el billete y se lo tomó bastante mal, incluso llegó a hablar con mi madre para pedir su opinión. Puedo entender su enfado, porque la verdad es que si yo me pusiera en su lugar tampoco me haría mucha gracia, soy consciente de que esta imagen puede quitar prestigio a la danza, pero todo esto está dentro del contexto del espectáculo, de la fiesta, de la alegría de la gente celebrando, parte de mi trabajo. La verdad, que esto del billete, tiene su parte negativa y a mi tampoco me acaba de convencer.
Las bailarinas de mi época, durante años hemos hecho respetar esta danza, una danza milenaria con tradición, donde en todos los países ha habido bailarinas, pero los radicales musulmanes e machos controladores han intentado hablar mal de ellas, “las bailarinas”, y esto pesa, por que se transmite a la sociedad y lo repite. Y yo me pregunto… ¿Que hay más bonito que el cuerpo de una mujer o de un hombre? fijate en las figuras desnudas de hombres romanos… Las artistas interpretamos un papel, nos maquillamos creando un personaje, ¿y luego qué? Cuando nos quitamos todo ese atuendo, ¿qué somos? Somos personas normales.
MENTALIDAD ARABE
Para algunas mentes, árabes y no árabes que no valoran el arte, creen que esta danza es un estriptis. En estos países, respecto a esta cuestión, “de las bailarinas”, existen diversas opiniones, las hay que lo ven como un arte y otros que lo ven como algo sucio por ser sexy o sensual. Mi teoría es que no debemos confundir lo sensual con lo sexual. Al hombre árabe por lo general no le gusta que su mujer sea bailarina, el Islam ha prohibido a las mujeres mostrar el cuerpo a otros hombres, entonces, cuando tú has crecido con esta idea de cubrir a las mujeres de tu casa, esta idea, por mucho que vivas en Europa y vistas vaqueros resulta muy chocante. Por otro lado, occidente es occidente y cuando un árabe vive aquí tiene que respetar las costumbres. A mí y a ninguna mujer nos gusta sufrir ninguna clase de control sobre nuestra vida, nuestro cuerpo o creencias, cada cual tiene que respetar al otro tal y como es. Para mí descubrir mi cuerpo no es haram (prohibido), para mí están prohibidas otras cosas como hacer daño o no educar en igualdad de condiciones.
Para muchas personas conservadoras de países de Oriente Medio y del norte de África o incluso Europa mostrar el cuerpo o bailar esta danza todavía tiene connotaciones negativas, yo, por mi parte, tengo que decir que esta danza ha cambiado mi vida a mejor y cada vez me importa menos lo que piensen otras personas, o la vida de los demás, yo vivo la mía en libertad. Por otro lado, odio esta idea equivocada que nos han dado la televisión y el cine americano con la danza de los siete velos, que quede claro que esta danza no es para excitar al hombre ni para conquistarlo. Para mí es mi danza, una danza elegante, sensual, como cualquier otra, como la bachata, el flamenco o la danza contemporánea. El cuerpo está para expresar sentimientos y ser libre, las bailarinas de danza oriental no bailamos para el disfrute del hombre ni con el fin de conquistar a nadie.
Detrás de todas estas creencias conservadoras musulmanas, está la educación heredada, si bien en estos países principalmente regidos por la religión musulmana, les encantan la música y la danza, sobre todo en Egipto o Marruecos, donde no debe faltar una bailarina oriental en una boda, por otro lado existe una cierta presión por la parte más conservadora y religiosa para no dejar escuchar música y menos bailar por creer que es haram (prohibido), tal vez porque pueda desviar del camino que establece el Corán. Personalmente, pienso que esta posición es demasiado estricta en los tiempos que vivimos, y más retomando el tema de la mujer y los avances que hemos tenido respecto a nuestros derechos como mujeres de ejercer cualquier profesión, tener palabra, voto y libertad de expresión.
He conocido a musulmanes que viven en Europa que quieren imponer su forma de pensar, sin ir más lejos un conocido de mi pareja me hablaba de que era una vergüenza ver a las chicas jóvenes que enseñaban casi el culo con pantalón corto, yo creo que el problema no es el cuerpo sino querer controlar a la mujer o lo que cada una pueda vestir, ¿que me decis a las faldas de los escoceses? ¿y por qué no pensar en qué hay dentro de la cabeza o el corazón de esa chica que tanto miran, ni me parece correcto llevar burka con cuarenta y cinco grados ni enseñan medio culo. Las personas no somos solo un cuerpo, incluso he escuchado a alguna mujer musulmana decirme que bailar y escuchar música está prohibido. Esto sinceramente es el extremo, para mí es un mazazo y hiere mi persona, mi mentalidad europea y mi educación en valores libres, pero aun así es algo que respeto aunque no comparto, puesto que para mí la danza oriental es un arte, no es una prohibición sino una liberación y forma parte de la libertad de expresión, la danza forma parte de mi expresión como persona, como forma parte de mi comunicación no verbal.
“Si ellas quieren no bailar están en su derecho, pero que no me impongan sus ideas”. El Corán es una cosa, y lo que interpretan algunas personas es otra. Como siempre decía mi padre, vive y deja vivir…
Algunas sociedades de los países árabes por lo general son bastante restrictivas respecto a las bailarinas, pero como digo, he viajado a países árabes y siempre he visto bailarinas. El problema para ciertas mentalidades está en mostrar el cuerpo, lo ven pudoroso, a mí cuando voy a países árabes también me toca ver a mujeres entrando en el mar con ropa larga, incluyéndome a mí, por respeto y por aquello de allí donde fueres haz lo que vieres. Cuando veo este tipo de situaciones sufro mucho, por que no van conmigo, forman parte de una relación con otra persona de otras creencias. Casi ningún musulmán acepta que su mujer muestre el cuerpo en público. Yo personalmente me inclino por los derechos de la mujer, que dejen de atacarla de cualquiera de sus formas y vestimentas. Esta es mi pasión, la danza oriental, mi flotador durante tantos años, la danza de mi vida, de mis amores, y nadie va a controlarme ni jugar con mi libertad de expresión, mi cuerpo, porque lo dirijo yo.
WhatsApp us