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En este post conoceremos en profundidad la vida de Oum Kalsoum. Fatima Ibrahim es-Sayyyid Beltagi, nació en 30 de diciembre de 1898 o 4 de mayo de 1904 (fecha no confirmada) y falleció el 3 de febrero de 1975).
Está considerada como una de las cantantes más importantes de la historia de la música árabe. Un icono nacional en su Egipto natal y una de las «grandes» del canto árabe junto con Mohammad Abdel Wahab, Abdel Halim Hafez y Farid al-Atrash .
Su música sigue siendo influyente hoy, no sólo en Egipto, sino en muchos otros países de Oriente Medio e incluso a nivel mundial. Toco las vidas de millones de sus oyentes y fanáticos. Sus actuaciones combinaron emoción cruda y fue muy influyente y habló de política a través de su música. Sus temas hablaban de amor, letras con interpretaciones profundas.
Primeros años
Umm Kalzum nació en Tamay az-Zahayra en el seno de una familia con antecedentes religiosos. Su padre, Ibrahim El-Sayyid El-Beltagi, era un imán del área rural egipcia y su madre, Fatmah El-Maleegi, era una ama de casa.
Aprendió a cantar escuchando a su padre enseñarle a su hermano mayor, Khalid. Desde muy joven, mostró un talento excepcional para el canto. Con su padre, aprendió a recitar el Corán y, según se dice, memorizó todo el libro. Cuando tenía 12 años, su padre la vistió de varón y la incorporó a un pequeño conjunto familiar que él dirigía. A continuación, se unió como una voz de apoyo, al principio simplemente repitiendo lo que cantaban los demás. Se vestía de niño al estilo beduino, con lo que su padre evitaba la reprobación de tener una niña en el escenario
A la edad de 16 años se fijó en ella el famoso cantante Abu l-Ala’ Muhammad, que le enseñó el antiguo repertorio árabe clásico. Unos años más tarde, conoció al famoso compositor y laudista Zakariyya Ahmad, quien la invitó a viajar a El Cairo. Aunque hizo varias visitas a la ciudad a principios de la década de 1920, esperó hasta 1923 antes de mudarse allí de forma permanente. Fue invitada en varias ocasiones a la casa de Amin Beh Al Mahdy, quien le enseñó a tocar el laúd árabe.
Inicio de su carrera profesional
Durante los primeros años de su carrera, se enfrentó a la competencia acérrima de dos cantantes prominentes: Mounira El Mahdeya y Fathiyya Ahmad, quienes tenían voces similares. En 1923 firmó un contrato con Odeon Records, que en 1926 le pagaría más que cualquier otro artista musical egipcio por disco.
En 1926, dejó Odeon Records por Gramophone records, quienes le pagarían aproximadamente el doble por grabación e incluso le dieron un ingreso anual adicional de 10 000 dólares. También mantuvo una imagen pública muy bien gestionada, lo que sin duda contribuyó a su atractivo. Además, conoció al reconocido virtuoso y compositor del laúd árabe Mohamed El Qasabgi, quien la presentó en el Palacio del Teatro Árabe, donde experimentaría su primer éxito de público real. Otros músicos que influyeron en sus actuaciones musicales en ese momento fueron Dawwod Hosni o Abu al-Ila Muhammad
Este último la instruyó en el control de su voz y variantes de la moaxaja árabe. En 1932, su fama como cantante aumentó a través de las ventas de sus discos hasta el punto en que se embarcó en una importante gira por Oriente Medio y el norte de África, actuando en importantes capitales árabes como Damasco, Bagdad, Beirut, Rabat, Túnez y Trípoli.
Fama y consolidación
Umm Kalzum con algunos de los nombres más destacados de la música clásica egipcia.
De izquierda a derecha: Riad Al Sunbati, Mohamed El Qasabgi, Farid al-Atrash y Zakariyya Ahmad.
En 1934, Umm Kalzum cantó para la transmisión inaugural de Radio Cairo, la emisora estatal. A partir de entonces, actuó en un concierto el primer jueves de cada mes durante cuarenta años. Su influencia siguió creciendo y expandiéndose más allá de la escena artística: la familia real reinante solicitaba conciertos privados e incluso asistía a sus actuaciones públicas.
En 1944, el rey Faruq de Egipto la condecoró con la orden de más alto nivel (Nishan al-Kamal)
Paralelamente a su carrera de cantante impulsó su carrera como actriz. En 1936 debutó como actriz en la película Weddad de Fritz Kramp. Durante su carrera, actuaría en cinco películas más, 25 de las cuales cuatro serían dirigidas por Ahmed Badrakhan, de las que Salamah y Fatmah serían las más aclamadas.
Edad de oro
Las direcciones musicales de Umm Kalzum en la década de 1940 y principios de la de 1950 y su estilo de interpretación maduro llevaron a este período a ser conocido popularmente como «la edad de oro».
Umm Kalzum y Fairuz en Beirut, 1967.
En 1946, Kalzum desafió todas las probabilidades al presentar un poema religioso en árabe clásico. «Salou Qalbi» (Pregunta a mi corazón) fue escrito por Ahmad Sawqi y compuesto por Riad Al Sunbati. El éxito fue inmediato y volvió a conectar a Umm Kalzum con sus primeros años como cantante. El poema de Ibrahim Nagi «Al Atlal» (Las ruinas) lo cantó Kalzum en una versión personal y en una melodía compuesta por Sunbati y estrenada en 1966 . En 1953, Umm Kalzum se casó con su médico Hasan al-Hafnawi.
La duración de sus canciones en la interpretación no se fijó, ya que a petición de la audiencia de más repeticiones, repetía las líneas solicitadas en forma extensa y sus actuaciones generalmente duraban hasta cinco horas, durante las cuales se cantaban tres canciones. Por ejemplo, las representaciones en vivo disponibles (unas 30) de «Ya Zalemni», una de sus canciones más populares, variaron en duración de 45 a 90 minutos, dependiendo de su estado de ánimo creativo para las improvisaciones, lo que ilustra la relación dinámica entre la cantante y el público mientras se alimentaban de la energía emocional del otro. Una técnica de improvisación, que era típica del antiguo canto árabe clásico y que ejecutó durante todo el tiempo que pudo (tanto sus habilidades vocales en retroceso con la edad como la creciente occidentalización de la música árabe se convirtieron en un impedimento para este arte), fue repetir una sola línea o postura una y otra vez, alterando sutilmente el énfasis emotivo y la intensidad y explorando una o varias escalas modales musicales (maqam) cada vez para llevar a su audiencia a un estado eufórico y extático conocido en árabe como tarab.
Por primera vez los árabes oían canciones de amor tierno y apasionado, de mujeres que suspiraban por sus amados que eran amantes tiernos y cariñosos.
Sus conciertos solían transmitirse desde el jueves a las 21:30 hasta las primeras horas de la mañana del viernes.
Alrededor de 1965, comenzó a colaborar con el compositor Mohammad Abdel Wahab. Su primera canción compuesta por él fue «Inta Omri» (Eres mi vida). Sus canciones adquirieron una calidad más profunda en 1967.
Umm Kalzum también cantó para los compositores Mohammad El Mougi, Sayed.
Fue emblemática su actuación en la sala Olimpia de París en dos conciertos que tuvieron lugar en 1967. Actuaba por primera vez para los emigrantes árabes en Europa y los que tuvieron el privilegio de asistir, hablan de apoteosis, de delirio, de un público enloquecido y de trance colectivo. Tres canciones en seis horas en la que la diva demostró su dominio magistral del tarab, la variación interminable sobre un mismo tema. Al terminar los conciertos, el público, enardecido, se arrojaba a besar el suelo sobre sus pasos.
Su Muerte
Le fue diagnosticado un caso severo de nefritis a finales de los años 1960. En 1972, tras dar su último concierto en el Palacio del Nilo, los exámenes médicos indicaron que su enfermedad era incurable. Se trasladó a Estados Unidos, donde se benefició durante algún tiempo de la avanzada tecnología médica, pero en 1975, de regreso en su país, tuvo una grave crisis y fue hospitalizada. Egipto entero estuvo pendiente de su evolución y en su aldea natal la población entera recitó el Corán durante todo el día.
Umm Kalzum murió en el hospital de El Cairo el 3 de febrero de ese mismo año, a los 76 años, de insuficiencia renal.
Su funeral se convirtió en un evento nacional, al que asistieron más de 4 millones de egipcios afligidos, alineados en las calles al paso de su cortejo. Incluso se informó que la asistencia a su funeral atrajo a una audiencia mayor que la del difunto presidente en ese momento.
El mundo árabe, desde Casablanca a Bagdad, se sumergió en un duelo inconsolable. Se reportaron suicidios y manifestaciones de histeria colectiva. En El Cairo, cuatro millones de personas salieron a la calle en la mayor manifestación de dolor de la que se tiene constancia. En el área donde tuvo lugar la procesión fúnebre, el tráfico se cortó dos horas antes de la procesión. Las autoridades se vieron obligadas a sacar al ejército a la calle para evitar un desastre.
Los dolientes también obligaron a la procesión a cambiar de dirección y llevaron su ataúd a la prominente Mezquita de al-Azhar. Fue enterrada en un mausoleo cerca del mausoleo del Imam al-Shafi’i en la Ciudad de los Muertos en El Cairo.
En la actualidad
Numerosas bailarinas de danza oriental incorporan canciones de Oum kalsoum dentro del repertorio del espectáculo, en mi opínion son piezas únicas ricas en instrumentación clásica y con una letra y habilidad vocal única, tan única, como tiene que ser esa interpretación de la bailarina, sentida, profunda y elegante. Con todo el respeto y admiración que requiere una cantante tan aclamada como ella.
De hecho, antiguamente, pocas bailarinas se atrevían a bailar sus canciones entre ellas la pionera fue Soheir Zaki, según Oum kalthoum la mejor.
Los álbumes de Oum Kalsoum figuran entre los más vendidos en el mundo, con unos 80 millones de ejemplares en total, lo que la convirtió en una de las cantantes más vendidas de todos los tiempos del mundo árabe.
Saber más de ella me a resultado emotivo y emocionante, ahora entiendo por que ha sido y sigue siendo tan amada.
Después de redactar todo esto, me han entrado más ganas de bailar sus canciones, si ya eran especiales ahora lo son más.
¡Viva Oum kalsoum! Siempre estarás latiendo en nuestra danza, en nuestros corazones.
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