Prometo cuidarme

Si eres mujer me entenderás… Acaban de irse mis dos hijos de 6 y 10 años y mi marido 24 días a Argelia. ¡No me lo puedo creer! voy amanecer sola, acostarme sola, comer sola, estar sola, sola con migo misma. En un principio he sentido miedo incluso mucha tristeza por separarme de mi hijo pequeño, sus manitas, todavía pequeñas, siempre esta buscando mi cuerpo, mi calor, mi olor, Pero he tenido que ser generosa y desprenderme, me ha costado, y tal vez me permita llorar a ratos, pensando en su ternura, su olor su aliento, pero te digo la verdad, voy a descansar, por que ser madre es agotador.

Las mujeres “por lo general” organizamos, proponemos y dirigimos la orquesta de nuestra casa y esto cansa, cansa y mucho. La verdad que los quiero, pero también me quiero a mi. ¿Y que voy hacer? ¡Cuidarme!, claro, si eres madre y me estas leyendo, me entenderás. Vivimos en un mundo frenético, de prisas, ir a trabajar, aparatos tecnológicos, consumismo y redes sociales. Pero ahora me preguntó… ¿Qué necesito para ser feliz?, ¡tengo la respuesta! “calma y paz”, tiempo para mi, reflexionar, estar tirada, tan fácil como dar un paseo por la naturaleza. Cuando eres madre, dejas de dedicarte tiempo a ti, pasas a anteponer las necesidades de otros, como tus hijos en vez de las tuyas y vives en una demanda constante, la cual aleja tu foco, incluso perseguir tus sueños. A veces olvidas hasta tus necesidades más básicas como persona. Esto no debería ocurrir, deberíamos poder parar para respirar, coger aire y centrarnos en nosotras y dejar de posponer nuestros objetivos. Ser madre es bonito, pero también es duro y agotador. Ser madre envejece, si no lo eres también, pero más lentamente.

Ahora después de tantos días descansando sin mi familia, puedo decir que me siento en armonía. Sobre todo tengo tiempo para trabajar esa parte intelectual, más mental y metódica por que todo el tiempo es mío. Ahora tengo mis objetivos más claros, incluso me gusta anotarlos y trabajo en ellos. Es más, he tenido tiempo para ser una especie de hormiga y no cigarra, arreglar armarios y tirar todo lo que no necesito, puedo decir que amo más a mi familia, creo que hay que dejar ir sin miedo para llenar ese algo que nos une con algo nuevo. Puedo recomendar a todas ese “espacio individual” tan necesario. Ahora valoro y aprecio lo importante que debería ser que todos los seres humanos tuviéramos nuestro y tiempo individual de cuidados y mimos, incluso os animo a separaros unas semanas obligatoriamente.

Creo que deberíamos educar desde pequeños a nuestros hijos a participar y repartir las tareas del hogar, para que no fuera tan duro.

Si me estas leyendo, te sonara esto de “me olvide de vivir mi vida” ¿cuántas veces te diste cuenta que ni siquiera has podido hacer esos ejercicios de gimnasia que tanto tiempo llevas queriendo hacer? Llegas tan tarde o cansada del trabajo que entre poner lavadoras, hacer la cena y atender a tus hijos pasas a un tercer plano. Creo que deberíamos parar y sacar tiempo para nosotras, quedar con amigas, o hacer eso que tanto tiempo llevamos queriendo hacer.

Me gusto mucho este artículo hace años y lo comparto:

“No nos cansan los hijos. No son ellos. Si fuese así no querríamos quedarnos mirándoles mientras duermen. No nos levantaríamos día tras día intentando ser mejores para ellos. Si ellos fueran los que nos cansaran, no les tomaríamos tantas fotografías como lo hacemos, no moriríamos de ternura y nostalgia al revisar sus fotos y videos. Si tener hijos fuera tan agotador, nos hubiésemos encargado como especie de masificarlo y quizá hace cuánto habríamos desaparecido. Pero curiosamente seguimos teniendo hijos a pesar de todo lo difícil que es criar. Porque no son ellos los que nos cansan. Lo que nos cansa es la soledad, la falta de apoyo, la falta de espacios para nosotras mismas, la falta de tiempo para nuestro desarrollo, nos cansa tener que responder a expectativas de maternidad y crianza, nos cansan los mandatos sociales, nos cansan el machismo y el patriarcado, nos cansa la desigualdad a la hora de conciliar crianza y trabajo, nos cansa la nula valoración de nuestro rol, nos cansa la escasez de recursos, la violencia. Todo ello y más es lo que hace que el criar sea realmente agotador. No son ellos en sí mismos. Porque con ellos somos capaces de reír y amar. Porque si no tuviéramos que criar veinticuatro horas al día solas en casa, estoy segura que disfrutaríamos más de nosotras y de ellos y de todo lo lindo que surge cuando nos vinculamos.”

Katerine Silva