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Llevo un tiempo sin escribirte y no es porque no quiera, sino porque estoy ocupada con muchas otras cosas. A veces me doy cuenta de que tengo que parar, ¡si parar! y observar! es algo que me encanta, no hacer nada, incluso ver alguna película que me transporta a otro lugar para evadirme, o alejarme a un pantano lejano como el que te muestro esta foto que visité con mi familia el otro día, también mi cuerpo me pide conectarse con el mar, con mi interior, con lo que de verdad me apetece hacer.
A veces pienso… ¿cuando tendré tiempo para leer un libro como algunas personas? pero la verdad que con tantos frentes abiertos como ser madre, llevar una casa, trabajar fuera en un restaurante y la danza… Lo dudo, pero trato de sacar pequeños espacios para cuidarme. Me llama la atención que hay personas que dicen, “el que quiere… saca tiempo”, ja ja ja , yo por ahora sigo sin sacarlo como quisiera ¿ya ti te pasa lo mismo?
Voy a contarte algo muy personal, el otro día estaba con mi pareja en un momento íntimo donde te destapas no solo tu cuerpo físico, sino tu alma, y por un momento sentí un nudo en la garganta, miré estas fotos de la pared de mi habitación que te muestro en esta foto y me entró un poco de nostalgia.
Son unos cuadros que compró mi pareja, Esas imágenes me estaban diciendo algo, la primera foto era yo, la bailarina, ¡que casualidad!, me identificaba a la perfección, en el centro unos comerciantes o hombres sacando alguna medicina, y por último una pareja de enamorados, supuestamente, él y yo.
Y de repente, algo me hizo conectar con una emoción que no pude controlar, empezó a entrarme ganas de llorar y así fue, me emocione. Llevo un tiempo transitando en un cambio mío personal, y la enseñanza que me trajo esa foto, esa emoción, fue preguntarme:
¿Quien era yo antes? ¿Quien soy yo ahora?
Antes solo me encasillaba como bailarina, ahora soy muchas más cosas.
También conectó conmigo eso de la vida y de la muerte, esta fase que está en todos nosotros, y que a veces se nos olvida, recientemente una bailarina turca murió a los 52 años, y no es por casualidad, vuelvo a la reflexión… ¿Has dejado a algo antiguo irse de ti? ¿Eres la misma que eras antes? Creo que en la vida se van transitando diferentes etapas, yo ahora estoy en otra que os contaré un poquito más en profundidad, más adelante.
Hablando del tiempo, que es lo más valioso que tenemos.
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